¡Dale River!


Lugar: La cancha de River Plate, Buenos Aires, Argentina.

Bill, Jorge, y Pedro están mirando un partido de fútbol entre River Plate y Boca Jrs., los dos grandes equipos de la Argentina. Hace poco tiempo, Jorge era un estudiante intercambio en los estados unidos, donde él vivió con la familia de Bill. Hoy, llegó Bill a visitarlo a su amigo Jorge. Pedro es un amigo de Jorge.

Jorge: ¡Dale River!

Pedro: Dejáte de malgastar el aliento. Las gallinas ni pueden soñar con ganarle a Boquita.

Jorge: ¿Quién ha ganado más campeonatos? (cantando) Soy de River. Lo mejor que hay.

Pedro: ¡Andáte a la miércoles!

Bill (a Jorge): ¿Qué pasa el miércoles?

Jorge: ¿Cómo? el miércoles...

Bill: Pedro dijo algo de...

Jorge: Sí. (empieza a reírse un poquito) la miércoles. A nosotros no nos gusta decir malas palabras, pero no se puede disfrutar un partido de fútbol sin decir nada. Así que él dice la miércoles en vez de decir el semejante palabrota.

Pedro: ¡Mirá! ¡Goooooooooooooooooooooooooooool de Boca¡

Jorge: Ah ¡Calláte! Uds. hicieron la trampa.

Pedro: Sí. Hicimos la trampa de jugar con un equipo inferior como las gallinas.

Jorge: Ja ja ja. Solo les permitimos ganar cada de vez en cuando.

Bill: ¡Fa! Uds. nunca dejan de hablar. Hace más que una hora que han estado hablando pavadas acerca de River y Boca.

Pedro: ¡Qué lástima! Una gallina no merita tanta atención.

Jorge: Nosotros no estamos in la hinchada. Si estuviéramos ahí, nos divertiríamos mucho más. Los hinchas de los deportes en los estados unidos ni pueden comparar con la hinchada argentina.

Pedro: ¿Son tan aburridos los norteamericanos como parecían en la mundial?

Jorge: ¡La verdad que sí! ¡Che, Jorge! Vos debés ver los deportes ahí en Norteamérica. Fuimos una vez a un partido de fútbol, y casi nos acostamos ahí en la cancha. No pasó nada. No hubo hinchada. Los espectadores tomaron sus asientos y miraron el partido. Cada de vez en cuando gritaban unas pavadas, pero aun ellos se parecían tan aburridos.

Pedro: Es porque ellos no saben jugar como la Boquita.

Bill: ¡He! Han pensado de que en los estados unidos, no se dan mucho importancia al fútbol. Quizás por eso no hubo mucha acción.

Jorge: Sí. Él tiene razón. Ahí juegan fútbol norteamericano.

Pedro: ¡Qué deporte! Ellos llevan tanto equipaje que ni pueden correr.

Jorge: Sí. Los americanos no tienen huevos. Tienen que tener tanta protección. ¡Ja ja!

Pedro: Los argentinos no la necesitan. Ya tenemos los huevos hinchados. Jugamos el Rugby en camisa y short. Somos hombres nosotros. Bueno. Todos nosotros menos las gallinas.

Jorge: ¡Calláte! ¿Qué sabés vos, bostero, del fútbol? Si Uds. nos ganan cada vez hasta el año dos mil, los bosteros todavía faltarán 20 campeonatos para igual los de River.

Pedro: Bueno. Las gallinas ganaron algunos campeonatos - ¡pero en los tiempos de Colón! Nosotros somos los campeones de ahora.

Jorge: Vos estás total y absolutamente equivocado. Sólo tenés que mirar el diario, y vas a ver quién has ganado más campeonatos en los últimos años.

Pedro: Vamos che. Ya termina el partido.

Jorge: ¿Vamos Bill?

Bill: Uds. son buenos aficionados del fútbol.

Jorge: Y esto no fue nada.

Pedro: ¿Nada? Alguien está comiendo pasto. ¡Esto fue el superclásico!

Jorge: Superclásico amistoso

Pedro: El partido entre River y Boca siempre va a ser importante, amistoso o no.

Jorge: Che, Pedro. Lo qué quiero decir es que aun el superclásico no es nada cuando se compara a los partidos de la selección.

Pedro: ¡Al fin! Un gallina tiene razón. Al ver el equipo nacional las gallinas se dan cuenta de lo que perdieron a no tener Maradona. Miramos lo que pasó sin él.

Jorge: Nos robaron en los estados unidos. Hicieron trampa los brasileños.

Pedro: Sí. Fue la única manera que ellos saben para conquistar el mejor equipo del mundo.
¡Che Jorge! Yo tengo que salir. Mi vieja me está esperando con empanadas. ¿Vos venís mañana?

Jorge: Bueno. Tomamos algunos matés mañana. Nos vemos.

Pedro: Chau. (se va Pedro)

Jorge: Pedro es un buen tipo. Al pesar de ser un hincha de boca, es bueno el flaco eso.

Bill: A Uds. les gusta mucho hablar del fútbol, ¿no?

Jorge: ¿Hablar del fútbol? Nosotros no solo hablamos. Vivimos el fútbol. Nosotros jugamos a la pelota. Aun hasta el presidente, el viejo loco. El jugó una vez con un equipo argentino. El aún metió un gol.

Bill: Bueno. Nosotros también jugamos.

Jorge: ¡Ja! Uds. no tienen nada de sentimiento cuando juegan. Los jugadores norteamericanos lloran cuando sólo ganan diez millones de dólares el año. Aquí el fútbol es una pasión. No tienen que ir a los clubes elegantes. Se juega en la calle. Se juega sobre cemento, sobre tierra, sobre pasto. Se juega en los barrios pobres tal como los barrios ricos.

Bill: Bueno. Nosotros no jugamos el fútbol con tanto afán que Uds., pero mirá como jugamos el básquet. Tenemos los mejores equipos del mundo. Aún Uds. respeten el NBA. Casi todos los equipos de acá tienen jugadores del estados unidos.

Jorge: Eso no tiene nada que ver. Uds. hicieron esclavos los negros, y cuando tuvieron que salir de la esclavitud física, los hicieron sus esclavos deportistas. Así que naturalmente, los negros son mejores jugadores del básquet. Son más altos. Pero, aun sin jugadores suyos, nosotros los hemos conquistado. Fijáte en el campeonato mundial de hace dos años. Pero, el básquet no es nada. En todo el mundo, es un deporte de clase segunda, atrás del fútbol.

Bill: Pero, el básquet está creciendo mucho en popularidad.

Jorge: ¿Qué me importa? Si no hubiera la guita, Uds. no jugarían. Nosotros tenemos la pasión deportiva. Mirá los chicos. Desde la niñez los chicos juegan con un club. Tienen la lealtad al club. Si un chico bueno quiere cambiar del club, tiene que tener el permiso. No es una cosa de celos personales, es una cuestión del equipo. Aun si un chico no es inteligente, y no saca buenas marcas, todavía puede jugar al fútbol. No es como los estados unidos donde juega con la escuela primaria, la secundaria, y la facultad. Ahí el deporte es solo una parte de la educación física. Aquí el fútbol es una parte de la vida. Cuando juega la Argentina, reina el silencio. Todo el país está mirando el partido.

Bill: Bueno, supongo que el fútbol es más importante para Uds.

Jorge: Yo sé que es la verdad. Uds. no tendrían tantos problemas en su país si jugaran los deportes como nosotros. Mirá toda la droga, toda la violencia, y todas los problemas que tienen Uds. Si Uds. jugaran el fútbol como nosotros no tendrían los problemas. También si sus deportistas ganaran un sueldo normal en vez de las sumas exorbitantes que ganan ellos, Uds. no tendrían el problema del deuda nacional.

Bill: ¿Cómo puede decir eso?

Jorge: ¿Te ponés de defensivo porque tenés miedo de la verdad? Pobre. Nosotros tenemos problemas aquí en la Argentina, pero si tuviéramos la tecnología y la guita que tienen Uds. yanquis, arreglaríamos la porquería que tenemos. Mirá. Aunque nosotros tenemos autos, todavía caminamos o tomamos el colectivo. ¿Pero Uds.? Ni piensan pisar la calle sin sus autos.

Bill:Uds. argentinos siempre tienen todas las soluciones...

Jorge:Somos los mejores. Mirá el país. La belleza de Bariloche, de Iquazú, de Mar del Plata. Tenemos la mejor tierra del mundo. Y la comida. Sí, tenemos hamburguesas como Uds., pero también tenemos mejor comidas. Uds. solo comen un bife durante una ocasión especial. Pero aquí, aun los pobres pueden comerlo o algún tipo de carne, con todas las comidas. Nuestro asado es el mejor del mundo. Es sabrosísimo así. La suya solo está rico si está llena de salsa de BBQ.

Bill:Bueno. Yo te doy eso. Uds. saben comer carne. Pero, a veces usan demasiada aceite.

Jorge: ¡Ja! Vos solo decís eso porque estás acostumbrado comer carne picada llena de grasa. Nosotros usamos la grasa para freír. Tenemos churros, empanadas, y tortas fritas - todas fritas con grasa. Comemos toda la vaca. no la malgastan. Nuestra eficacia nos permite comer más que Uds. También nuestras postres y dulces son mejores. ¿Cómo pueden funcionar Uds. sin dulce de leche? Es el dulce más rico del mundo. Vos has mirado las panaderías aquí. Tienen facturas, pasteles, y cualquier cantidad de postres ricos para comer.

Bill: y pan...

Jorge: Y también pan. Tenemos el pan más rico del mundo. Lo comemos cuando tomamos maté, y cuando almorzamos. También tenemos muchos golosinas y alfajores que se puede comprar en el kiosco de cualquier calle. No tenemos que ir al supermercado como Uds.

Bill: Pero Uds. también tienen supermercados.

Jorge: Sí, los tenemos. Los tenemos todas las cosas que tienen Uds., y más. Tenemos todas las películas americanas. Pero, fijáte en cuantas películas argentinas que pueden mirar ahí. También, tenemos toda la música argentina y también la música norteamericana.

Bill: Y también tienen toda la soberbia...

Jorge: Perdón. Pero, no es mi culpa que los argentinos son mejores.

Bill: ¿Qué tal el chiste que me dijiste? El que habló de que la argentina fue creada can tanta belleza natural que El tuvo que poner los argentinos para....

Jorge: Es solo un chiste argentino. Nosotros podemos gastar a nosotros mismos. Vos has visto la libertad que tenemos. Podemos manejar en cualquier parte de la calle que nos parece bien. No tenemos que parar en cada calle aun cuando no hay otros autos. Nosotros no tenemos señales como Uds. tienen. Sabemos manejar bien sin ellas. También tenemos la industria personal. Mirá a todas las personas que han edificado sus casas. Uds. tienen personas sin casa. No hay argentinos sin casa. no somos vagos. Trabajamos y hacemos con nuestras propias manos lo que necesitamos. También tenemos la siesta. Cuando no podemos trabajar bien, nos acostamos. Nuestra sociedad funciona como debe.

Bill: ¿Qué tal los dictadores? ¿los políticos corruptos?

Jorge: ¿El gobierno? El gobierno siempre está corrupto. Cómo dicen, todos tienen la posibilidad de ir al cielo - todos menos los políticos. Todos roban a la gente. Si sacáramos los políticos el país sería mejor. Con suerte nosotros sabemos esto. Los yanquis permiten que los políticos gastan billones de dólares de deuda. No se dan cuenta que los políticos les están usurpando.

Bill:Bueno. Che, ¿Qué hora es?

Jorge: Son las once de la noche.

Bill: ¡Fa! Ya está re-tarde. No vamos a llegar al boliche al tiempo.

Jorge: Calmáte. La vida de noche no empieza hasta después de medianoche. Tenemos mucho tiempo. ¿Nos Vamos?

Bill: ¡A la boliche!